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Los investigadores han hallado una relación entre la frecuencia de sal añadida en los alimentos y un mayor riesgo de enfermedad renal crónica (ERC). Los resultados del estudio se publican en la revista JAMA Network Open.
Los especialistas analizaron los datos de 465.288 participantes en el estudio a largo plazo UK Biobank con edades comprendidas entre los 37 y los 73 años, que inicialmente no padecían ERC. Se dividieron en varias categorías en función de la frecuencia declarada de añadir sal a los alimentos (nunca, rara vez, a veces, habitualmente y siempre).